El sector inmobiliario en los últimos años ha experimentado una de las transformaciones más disruptivas.

Tras la crisis financiera del año 2008 el sector inmobiliario, fruto del recorte en el crédito a las familias sufrió uno de los mayores cierres que se conocen en cualquier actividad. El número de agencias de intermediación inmobiliaria descendió a niveles de los años 80, cosa que supuso el cierre de miles de agencias.

Fruto de ese reajuste que se cebó en esta actividad, obligó a las agencias que pudieron resistir el embiste y a las de nueva creación a adoptar nuevas cautelas y a desarrollar nuevas reglas en su actividad.

El panorama postcrisis financiera ha destapado las carencias de todos los sectores y especialmente este, un sector altamente competitivo, tanto por la oferta de agencias que se dedican a intermediar como, sobretodo, las exigencias de compradores y vendedores.

Sin ningún género de dudas el sector inmobiliario ha evolucionado significativamente en los últimos años debido al impacto de la crisis, la incertidumbre económica, el papel de la banca y el satisfacer a compradores y vendedores.

Todo este panorama tan cambiante, incierto y volátil hace de este un sector donde los profesionales sufren de estrés y ansiedad.

La persistencia de los estresores en este sector, no solo causan un serio malestar psicológico, sino que también generan una significativa falta de atención que hace muy complicado centrarse en un solo asunto a la vez, provocando un estado de constante hiperactividad y agotamiento.

El programa MBI -Mindfulness para el bienestar en las inmobiliarias- ha sido realizado con éxito con profesionales del sector reduciendo el estrés percibido tras 6 semanas en más de un 35%, así como un aumento en la resiliencia cercano al 15%.

Creemos firmemente que este tipo de programas potencian y mejoran nuestro interior y eso se refleja en un mayor cuidado y atención en el exterior hacia los clientes que confían encargarnos tal vez uno de los proyectos más importantes de su vida: su hogar.