Incertidumbre e investigación activa en tiempos del COVID-19

    Vivir en un entorno incierto nos provoca miedo, ansiedad, la ansiedad por no saber qué va a ocurrir, es normal.


    Para evitar esto nos construimos un mundo de certezas, un mundo donde todo está aparentemente bajo control. Un mundo donde nuestros miedos están controlados.

    En un lugar opuesto se encuentra la incertidumbre y está relacionada con el miedo.

    Lo cierto es que la certidumbre de hoy en estos momentos puede no ser la certidumbre de mañana, de ahí que vivir se ha convertido en algo más liquido, de ahí que vivir con incertidumbre se puede convertir en el nuevo paradigma.

    Es el mundo fluido que ahora tanto se habla y donde debemos nadar de una forma suave pero deliberada.

    No puedes negarte al flujo de las olas del mar, ni tampoco quedarte a su merced, pero sí puedes surfear” Jon Kabbat Zinn

    La incertidumbre siempre ha estado ahí, se le puede llamar vida, pero en momentos difíciles como los del COVID-19 es cuando te das cuenta de que sigue ahí.  La incertidumbre nos trasciende-, estaba allí cuando nacimos y continuará cuando ya no estemos aquí-.

    ¿QUÉ PUEDES HACER?

    Aceptado esto, la vida como incierta y no ofreciendo ninguna resistencia en busca de una solución a la desesperada, LA INVESTIGACIÓN ACTIVA sería el valor o la propuesta ante la incertidumbre.

    Aceptar no es encogerse de hombros. No es adoptar una posición pasiva ante la vida. Es justo lo contrario, es tomar una posición activa, es estar disponible para ver qué puedes hacer -si realmente lo puedes hacer- para poder lidiar mejor con la situación, de ahí que se llame así: investigación activa.

    Pero, ¿cómo construir tus nuevas certezas? Dos opciones

    • Desde fuera. Correrás el riesgo o que no venga o que venga tarde o que venga algo que no es lo que quieres. Con lo cual esa certeza es relativa y no consigue que tu incertidumbre quede controlada.
    • Desde dentro. Ahí puedes construir tus certezas desde EL CONOCIMIENTO Y EL APRENDIZAJE, eso se denomina INVESTIGACION ACTIVA .

    Este tipo de indagación interior es sencilla, se trata de valorar la posibilidad de hacer pequeñas cosas y mirar a la incertidumbre desde otra perspectiva.

    Siempre existe un espacio, una posibilidad en la que movernos por pequeña que sea, incluso cuando nos pensamos que no podemos, ahí está el secreto.

    En la crisis del COVID 19 se nos pueden plantear pequeñas posibilidades como;

    ¿Puedo, por ejemplo, auto cuidarme más mi consumo de noticias? ¿Puedo dejar de hablar de ello durante un tiempo de forma consciente ¿Puedo hacer en la medida de lo posible algo de ejercicio físico? ¿Puedo alimentarme mejor? ¿Puedo hacer ejercicios que me lleven a la calma?


    Valora la posibilidad de hacer algo, fija tu atención ahí, aunque sea algo pequeño.

    Imagínate este esquema:

    Hacer algo pequeño, sería la ACCION para luego pasar a la OBSERVACION; qué pasa con eso que has hecho. ¿Te ha calmado, te encuentras mejor? 

    Piensa que estamos hablando de cosas a las que tu no tienes mucho que hacer, que no dependen en realidad de ti. Con lo cual esa ACCION observada debe de estar encaminada más a despertar tus recursos y no tanto a buscar una solución -ya que no depende de ti-.

    Y cuando has observado te das cuentas de cosas, tal vez que ese miedo ante la incertidumbre te bloquea tu capacidad precisamente de actuar y es ahí cuando aprendes.

    Si este es tu caso, te ofrezco una pequeña cosa, fácil y está en tu mano.

    MEDITACION DE LA RESPIRACION CALMADA

    Adopta una postura estable y cierra los ojos. Coloca tus manos en el regazo y siéntate, preferiblemente con la espalda recta -sin forzar

    Toma 3 respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca intentando vaciarte del aire inhalado completamente, a esto le vamos a llamar “depuración de los pulmones”

    Sigue respirando de forma natural ya por las fosas nasales y tras unos segundos trata de alargar, si no es incómodo para ti, la inhalación y la exhalación. Si es incomodo simplemente estate atenta o atento a la respiración natural tal cual surge.

    Pasados unos segundos acompaña a esta respiración natural una intención, la de ir soltando tras cada exhalación tus párpados, tu mandíbula, tus hombros, tu pecho y tu vientre.

    Tras unas 15 respiraciones -mas o menos- y acompañando tu respiración natural, dibuja una pequeña sonrisa.

    Quédate otras 15 respiraciones más y poco a poco ve tomando consciencia de tu cuerpo y ves abriendo los ojos.