Trabajar desde el propósito

    Recientemente, en un programa de reducción de estrés que realicé en una empresa industrial uno de los participantes se dirigió a mi al acabar la sesión un tanto sorprendido.

    Me vino a comentar que él, manager de uno de los departamentos, se había dado cuenta que él era muy escéptico a la hora de iniciar el programa y que tal vez este tipo de enseñanzas podrían servir para empleados, pero no para “jefes”.

    En la cuarta semana literalmente me comentó que;  “mi cabeza sufrió un vuelco” y cambió su perspectiva de lo que mindfulness podría provocar en él y su equipo.

    Básicamente su Insight se produjo al tomar conciencia de un aspecto que nunca se había dado cuenta que había olvidado:  El propósito.

    Tomar conciencia del propósito es fundamental en nuestro día a día, de lo contrario será fácil que nos sorprendamos con una manguera en la mano, por aquí o por allá apagando fuegos.

    Cada uno sabrá los fuegos que ahora está apagando, pero está claro que cuando operamos en modo “urgencia” no estamos desarrollando un buen trabajo porque no estamos presentes en lo que estamos haciendo, estamos de urgencias.

    Esto implica que nuestro día a día no acabe de tener sentido -laboralmente- y por consiguiente no hay un compromiso con la empresa ni con nuestro cometido que no vaya más allá de eso, de apagar fuegos.

    Las connotaciones de haber perdido el propósito son claras, somos menos creativos, podemos innovar menos, nuestras relaciones con los demás son de urgencia “voy a apagar tal incendio y me estás molestando” y en definitiva acabamos el día con una sensación de agotamiento y de no llegar a nada con lo que para nosotros la palabra eficiencia se convierte en algo inalcanzable.

    Esto continuado durante un tiempo consigue que nos quememos y nos convierta en meros ejecutores sin propósito al que servir, sin ese propósito que teníamos bien fresco en nuestro primer día.

    Las personas necesitamos pues de un sentido de las cosas para ponernos en marcha y si no es así, no estaremos haciendo bien nuestro trabajo. Simplemente el hecho de tomar conciencia de ello, es un primer paso para considerar cual es nuestra misión en la empresa.

    Solo así, siendo un empleado consciente, podremos cambiar el apagar fuegos por hacer algo comprometido con nuestra empresa.